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Mostrando entradas de abril, 2024

Los ecos de un pueblo olvidado| Episodio IV: El Ayilesheb

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Hola, damas y caballeros, jóvenes el mundo. Espero que estén bien. Y si no, que esto los entretenga un breve espacio en el tiempo. En éste post vamos a indagar en un cuento que forma parte de la saga, « Los ecos de un pueblo olvidado ». Se titula, «El Ayilesheb». Narra sobre un hombre que toca un cuerno nigromante. Sin más preámbulos y espero que sea emocionante. ¡Que la curiosidad sea la llave de la historia! El Ayilesheb         «¡Más de prisa, que llevamos una valiosa carga!»: así comenzó el viaje el capitán de la compañía de valientes voluntarios que el Reino de Makaeb envió a la sagrada forja de Gal Ebaeb Munban. Ninguno en la compañía conoce el contenido de esa misteriosa arca que cargan, pero la llevan con honor y el típico cuidado que hay que tener con un objeto que se dice divino. Makaeb había sido ferozmente asaltada por un ejército del sur. Oriundos del río Loin y conocidos por su fanatismo hacia las creencias de La Religión del Ojo, los soldados del Reino...

Una invisible obsesión

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Buen día, bloguernáutas. Sean bienvenidos a éste, mi blog de cuentos de horror. Espero que estén muy bien. Y si no, que esto los entretenga un breve espacio en el tiempo. En ésta ocasión voy a presentarles un cuento que narra una historia de ésta época. Vamos a alejarnos brevemente de  « Los ecos de un pueblo olvidado », para centrarnos en un relato inédito de misterio. Brevemente les comentaré que en ésta historia voy a mencionar a las  tulpas. Por si no saben lo que son, al final del post del dejo el link de un vídeo donde Iván Martínez, del canal de YouTube  @VMGranmisterio  habla sobre ellas. Es muy complejo y no sé si yo podría explicarlo de manera correcta. Sin más dilación. Que la curiosidad sea la llave de la historia. Comencemos con el relato. Una invisible obsesión      «¿Qué difíciles son los hombres?», le dijo Evangelina a su amiga, Esther, mientras mira a lo lejos sujetándose el mentón con la mano. Reposando el codo en la misma mesa del ca...

Los ecos de un pueblo olvidado| Episodio III: El asesino de huestes.

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     ¡Hola, damas y caballero, jóvenes del mundo! Espero que estén muy bien. Y si no, que esto los entretenga un breve espacio en el tiempo. Vamos al meollo del asunto que no los quiero aburrir. Sigamos con otro relato del bloguiverso de, « Los ecos de un pueblo olvidado ». En ésta ocasión les quiero presentar una historia que ya llega a ser gore . ¡Ya están avisados! Que la curiosidad sea la llave de la historia. Vamos. El asesino de huestes      El campeón del ejército de Kaeb no tiene nombre. La mayoría lo llama «El asesino de huestes»: porque él ha masacrado ejércitos enteros sin ayuda. Cuatro metros separan sus pies del enorme casco que protege su cabeza y cubre su rostro. Una pesada y tosca armadura cubre casi todo su cuerpo. Y donde la armadura no alcanza a cubrir, tapa su piel con ropa hecha de cuero. En las manos usa guantes. Hasta sus pies están cubiertos de cuero. Sus compañeros, acostumbrados a sus armaduras más rudimentarias, se extrañan por s...

Los ecos de un pueblo olvidado| Episodio II: La lámpara de aceite.

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     Hola, damas y caballeros, jóvenes del mundo. Espero que estén muy bien. Y si no, que esto los entretenga un breve espacio en el tiempo. En éste blog vamos a continuar con la saga  «Los ecos de un pueblo olvidado» . En ésta ocasión les voy a contar el primer cuento real de la saga. Real porque no hay introducciones aquí. Si llegaron hasta aquí ya sabrán que se trata de una historia de horror. Así que no se impresionen por lo que leerán a continuación. Bien. Que la curiosidad sea la llave de la historia. La lámpara de aceite       El niño corre por el campo de sus padres. El niño sonríe con el sol en la cara. Sus mejillas vigorosas rebozan salud, y la muerte se ve lejana. Lo cierto es, que la muerte es esa compañera que nos sigue hasta que nuestras piernas son demasiado viejas y débiles para huir de ella; aunque a veces un suceso imprevisto nos puede hacer tropezar. Los caballeros negros de Gamban arrasan el pueblo, y con él a sus habitantes, ...